Encuadernación original diseñada por Leonardo Da Vinci
LEONARDO UNIVERSAL
Con motivo del V CENTENARIO LEONARDO, los museos más importantes del mundo han seleccionado a Patrimonio Ediciones para rendir homenaje a este genio universal, coeditando y reproduciendo fielmente sus códices y obras maestras.
Primera y única edición facsímil, limitada a 999 ejemplares numerados y autentificados notarialmente, que contiene las tres obras más célebres de Leonardo, nunca antes reproducidas en facsímil íntegro.
Este códice se llevó a cabo en la corte de Ludovico Sforza (Milán, 1498), donde se encontraban al servicio del duque Leonardo da Vinci (Anchiano 1452 – Cloux 1519), considerado el hombre del Renacimiento por excelencia, y Luca Pacioli (Borgo de Sansepolcro 1445 – 1517), ilustrando Leonardo esta obra con 60 fabulosos dibujos de cuerpos geométricos, realizados a pluma, tinta y acuarela, a color y a toda página, colaborando ambos en los estudios relativos a la razón áurea, a la cual Pacioli denominaba Divina Proporción, influenciando notablemente a Leonardo. Recorrer la secuencia de los sólidos, representados a toda página, constituye un viaje por el mundo de la geometría, pero también por los juegos de luces y sombras que la acuarela permite. Complejo es, sin embargo, el estudio tanto del texto de Pacioli como de la serie geométrica leonardesca, porque en ellos se entrelazan el arte, la ciencia e incluso la teología (la concepción “trinaria” de la sección áurea). Esta soberbia fusión de arte y ciencia, y la participación activa del preeminente genio de la época, Leonardo da Vinci, lo convierten en la más destacada obra e icono del Renacimiento italiano.
De Divina Proportione, con esta expresión sacra era habitual designar lo que hoy denominamos “la sección áurea”, que es el módulo matemático mediante el cual una cantidad cualquiera puede ser dividida en dos partes desiguales, de tal modo que la menor es a la mayor como esta es a la cantidad entera. Es divina porque es única, y trina, pues vincula en sí tres elementos.
Leonardo, muy interesado en las matemáticas del arte y la naturaleza, colaboró con Pacioli, autor del texto, y fue un convencido propagador de las perspectivas y las proporciones, incluyendo “Phi” en muchas de sus obras, como “La Última Cena”, cuya ejecución coincidió en el tiempo con la realización de las ilustraciones del presente manuscrito, “La Mona Lisa”, obra cuyo rostro encierra un rectángulo dorado perfecto, y “El Hombre de Vitruvio”, estudio en profundidad de la figura humana donde demostró que todas las partes del cuerpo fundamentales guardaban relación con la razón áurea.
Pacioli, afamado matemático, introdujo la perspectiva lineal y la mezcla de los colores, representando el cuerpo humano y sus proporciones y extrapolando estos conocimientos a la arquitectura.
Obra muy necesaria a todos los ingenios perspicaces y curiosos con la que todo estudioso de filosofía, perspectiva, pintura, escultura, arquitectura, música y otras disciplinas matemáticas conseguirá suavísima, sutil y admirable doctrina, y se deleitará con varias cuestiones de secretísima ciencia. – Luca Pacioli
El Código de la Belleza
Durante siglos se pensó que los antiguos griegos utilizaban una proporción numérica específica para sus ideales de belleza y geometría. A dicha proporción se la ha denominado razón áurea, medida áurea o divina proporción. El valor numérico de esta razón, simbolizada con la letra griega “Phi” [ϕ], es:
El número “Phi” se deriva de la Secuencia de Fibonacci (1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89…) una progresión famosa, no solo porque la suma de los números precedentes equivale al siguiente, sino porque los cocientes poseen la sorprendente propiedad de tender a 1,618, es decir, al número “Phi”. Su fama en relación a lo estético se da por el rectángulo áureo, cuya altura y anchura están en la proporción 1 a ϕ. Si “a” es la longitud y “b” la anchura, resultaría b/a= ϕ = 1, 618034…
Este tipo de proporción rectangular se halla presente en multitud de obras arquitectónicas como el Partenón griego, las pirámides, la sede de la ONU, la catedral de Nôtre Dame. En las artes plásticas la proporción áurea ha sido empleada por los más relevantes artistas. En la música “Phi” aparece en las sonatas de Mozart, en la 5ª sinfonía de Beethoven y en las composiciones de Schubert. En la naturaleza se pueden hallar numerosas formas con razón áurea, las huellas digitales, la Vía Láctea.
La estética del cuerpo humano también contiene “Phi”: la altura de la cabeza a los pies sobre la altura del ombligo a los pies da un perfecto número áureo. El cociente entre el grado de inclinación de una espiral de ADN por su diámetro da la razón áurea. En el diseño e imagen corporativa más innovadoras está presente su influencia.
De Divina Proportione, La obra perfecta
De Divina Proportione es una obra determinante sobre la razón áurea en la que Pacioli explica su significado de una forma lógica y científica, haciendo consideraciones cosmológicas y matemáticas relativas a la teoría de los sólidos platónicos y otras tipologías de poliedros referidas a la arquitectura, tomadas de Vitruvio y de Leon Battista Alberti.
La obra consta de tres secciones. En la primera de ellas Pacioli habla de la razón áurea y los poliedros regulares. En la segunda sección la razón áurea se aplica tanto a la arquitectura como al cuerpo humano, tomando como ejemplo la famosa obra de Vitruvio, y además construye las letras del alfabeto – el reconocido logotipo del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, compuesto por la letra M rodeada de círculos y un cuadrado se basa en la misma e imita al Hombre de Vitruvio; en la última parte aparece una traducción al italiano de “De Quinque Corporibus Regularibus” de Piero della Francesca.
Luca Pacioli acredita que Leonardo da Vinci realizó las ilustraciones de los cuerpos geométricos a pluma con tinta y acuarela. Igualmente lo testimonia la edición impresa de De Divina Proportione en Venecia de 1509 que se refiere, una vez más, a los dibujos de Leonardo.
De Divina Proportione es una obra imprescindible para entender todo lo relacionado con la estética de las proporciones, un misterio que continúa maravillándonos a lo largo de los siglos. Si a ello le sumamos las ilustraciones del maestro Leonardo da Vinci, se obtiene, sin lugar a dudas, una obra perfecta, el verdadero Código Da Vinci.
